dijous, 28 d’abril del 2011

vuela hasta nueva york.

En ese momento me pareció normal que quisiese ir a Nueva York, quién no querría, pero si hubiese sabido cuando hablábamos de ello lo que ahora sé de las personas que profesan un amor tan fuerte a Nueva York, probablemente, las cosas habrían sido distintas. Eran sobre las cuatro de la mañana cuando me dijo que quería a Nueva York como se quieren las cosas cuando tienes menos de veinte años y que sí le parecía extraño lo nuestro, extraño pero risible, y me gustó que dijese risible y me pareció una buena comparación, lo de Nueva York, pero se tenía que ir a dormir. A mí me daba igual dormir o no.

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