diumenge, 14 d’agost del 2011

rayos y centellas.



Una señora y un chico estaban sentados a mi lado en el metro y ella le ha dicho que tenía muchas ganas de que conociese ya a su marido, que le iba a encantar como nuevo novio, y yo sólo he podido pensar mientras observaba los rayos caer sobre el puente de Brooklyn en cómo se siente una cuando le cantan con sabor a cerveza al oído "I don't believe that anybody feels the way I do about you now", y he mirado a ver si me apetecía enamorarme de alguien del vagón, pero la descarga eléctrica era enormemente más interesante. 

dimecres, 10 d’agost del 2011

dimarts, 9 d’agost del 2011

brooklyn brewery.

'you're not that important'

Nos conocimos en la tienda que había en la esquina mientras él compraba tabaco y yo un zumo de tomate para la resaca. Y coincidió que recorrimos el mismo camino y fuimos hacia el mismo portal y sacamos la misma llave, así que como yo era nueva en la ciudad y él mi vecino de abajo me dejé invitar a una fiesta por la noche. Una fiestas de ésas que tanto me gustan con cervezas frías, hierba, juegos de mesa y guitarras sonando. Tocaba la guitarra y cantaba y me recordó a Micah P. Hinson y le dije que me recordaba a Micah P. Hinson y me preguntó que a quién y le dije que a Micah P. Hinson y me dijo que no lo conocía y que le cantase algo, pero yo canto como el culo, así que se lo enseñé y me dijo que le recordaba a The Tallest Man On Earth y pensé "pero tú no me recuerdas a The Tallest Man On Earth" y bueno, coincidió que mi estancia en la ciudad se vio repleta de cantantes preparando discos, cantantes ensayando para conciertos, conciertos en acústico y muchas armonías subiendo y bajando por las mismas escaleras por las que me llamaba de vez en cuando para que escuchase los nuevos acordes o para comer pizza o para que le diese mi opinión. Un día estaba sentada en el suelo y me preguntó qué pensaba sobre todo aquello que estaba sucediendo en el país y yo le solté un discurso sobre el poder y la hegemonía, y él puso cara rara y le pregunté si se pronunciaba así, hegemonía, y me dijo que sí, pero que casi nadie sabía qué significaba y yo no sé porqué, porque me encanta el vocablo. A las pocas semanas regresé al ajetreo de los folios y las carpetas y los trabajos por entregar, al café por intravenosa y a dormir mal, y entre los folios y las carpetas y los trabajos por entregar me sorprendí viendo un vídeo de The Tallest Man On Earth en Youtube y después se cargó otro, una cover de mi vecino de abajo cantando aquella canción sobre Texas e introduciéndola con el típico soliloquio de cantautor que me hizo derramar el café sobre los folios y cagarme en la puta, pero que luego me hizo sonreír.

diumenge, 7 d’agost del 2011

haphazardly.




No entendí en su momento cómo te sentías cuando estuvimos en Roma y me decías que se te erizaba la piel pisando las piedras. Me resultó estúpido y un sinsentido, no eran más que piedras aunque yo no era más que una niña, y a las niñas y a los niños les gustan las piedras, se las lanzan y las esconden y a veces las muerden, pero yo prefería morder otras cosas. Recuerdo que acabamos en Roma después de todo el rollo ése de los papeles y del malentendido aquél y de la mujer ésa que se presentó en tu casa diciendo no sé qué, y le abrí yo la puerta recién levantada una mañana de aquéllas en las que me quedaba durmiendo en tu cama demasiado grande para mí sola. Roma es un buen sitio para solucionar los problemas y comer pasta después de pasarnos la mañana dormitando y follando y pedir helado en la cafetería del hotel y restregártelo con los dedos por el cuerpo y lamerlo cuando se empieza a derretir para no manchar las sábanas; para no mancharlas demasiado. 
Cinco años después reapareces entre los cuadros y las exposiciones temporales y las familias que se hacinan alrededor de los cuadros que salen en las portadas de los libros de arte y las viejas que se pegan a los marcos y los vigilantes de seguridad trajeados que recuerdan que no se usa el flash y las esculturas de arte contemporáneo de fibra de vidrio que nadie entiende pero todos contemplan, surges de las pinceladas más gruesas del lienzo aquél que no te gustaba pero que me recuerda tanto a ti y no puedo evitar sentarme enfrente de él y subir el volumen de la canción. Y entiendo ahora cómo te sentías cuando estuvimos en Roma y me decías que se te erizaba la piel pisando las piedras. Tengo toda la corteza de mis sentidos inquieta, excitada, desde hace horas y ni el tipo de la cafetería que se ha acercado y me ha invitado a cenar ha conseguido hacerme entrar en calor en el asiento de atrás de su coche. 

dijous, 4 d’agost del 2011






Cause at night the sun in retreat,
Made the skyline look like crooked teeth,
In the mouth of a man who was devouring, us both.

dimecres, 3 d’agost del 2011

transatlanticism.



Vi aquel atardecer mientras sonaba aquella canción que me había estado persiguiendo durante años y, allí mismo, me di cuenta de que aquel iba a ser el mejor concierto de mi vida, de que me había enamorado de Nueva York y había conseguido desenamorarme de las cosas que ya no eran importantes y quizás nunca lo fueron, como tú, y me percaté del problema de todo aquello que no era sino que las personas que aman Nueva York se odian un poco a ellas mismas. Y es que precisamente odiaba eso de mí, aquella obsesión sólo por las cosas que no pueden ser, conseguirlas por no saber que son imposibles, dejarlas exhaustas y necesitar desgarrarlas, despedazarlas, rajarlas, descuartizarlas, y escupir sobre ellas y quemarlas y romperlas y llenarlas de vómito cuando ya no pueden existir sin mí, esa necesidad vital de destrozarlo todo y asistir con tristegría a ello. Y observar mientras tanto cómo fuera arde la ciudad y dentro ardemos nosotros.