dissabte, 18 de juny del 2011

youth & young



Sabía que ese momento iba a llegar algún día, pero no sabía ni cuándo ni cómo ni dónde. Desconocía por completo cuál sería la procedencia de los tiros, pero tenía la certeza de que, fuese cual fuese, me reventarían la cabeza.
Estábamos sentados en el suelo de su habitación, a ella le encantaba sentarse en bragas en el suelo y hablarme desde allí mientras se recogía y se soltaba el pelo y se lo volvía a recoger. Bebía agua sin parar. Yo no bebía nada. Sonaba Tranny. Me senté en la cama. 
Era la primera vez que nos veíamos después de que yo tuviese una de esas semanas mías en las que desaparecía del mundo, también de nuestro mundo, que no era el de los demás pero era un mundo del que desaparecer al fin y al cabo, una semana de esas en las que no contestaba a sus llamadas y me dedicaba a emborracharme con y sin amigos y ella estaba sola en casa, y yo sabía que lo estaba. Le hablé:
-¿Por qué?
Se hizo el silencio. Sonaba la música pero retumbaba en mis oídos y no podía oír nada, sólo el silencio y sus tripas. 
-¿Por qué? ¿Por qué has desaparecido durante otra semana, otra vez? ¿Por qué llegas borracho y sudado a mi casa? ¿Por qué tienes la cara de venir pidiendo explicaciones? ¿Por qué hace este calor de los cojones? ¿Por qué qué? - yo no me movía, creo que tampoco respiraba pero esto no lo recuerdo muy bien. - ¿Por qué qué, por qué me lo he follado, ahí, en la cama en la que estás sentando?
Tragué saliva. Ella tragó agua, otra vez, no sé porqué cojones no paraba de beber agua, me estaba poniendo nervioso y si estaba respirando, ya no podía hacerlo.
-Me lo he follado para demostrarte que ni tú ni yo  importamos una  puta mierda.

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