dilluns, 28 de novembre del 2011

trrrsm d dmng.



Llegó el frío y nos separamos y nos abrazamos y nos juramos que todo seguiría igual, intacto, y que tu tacto seguiría igual en mi piel, indeleble. 
Yo sí sabía que estaba mintiendo.
Me gustaba fantasear con la idea de que por fin había cambiado, que ahora ya solo querría uno y no todo ni a todos. Me gustaba imaginarnos en la cocina el domingo por la mañana bebiendo café recién hecho y zumo de naranja recién exprimido y tostadas calientes que únicamente se quemarían cuando se nos fuese de las manos el juego de los pies bajo la mesa. Leeríamos el periódico y luego pasearíamos al perro e iríamos a beber la primera cerveza a la terraza de debajo de casa. Y yo lo llamaría vermouth aunque de vermouth no tuviese nada. Y luego subiríamos y cocinaríamos y haríamos la siesta abrazados viendo el tenis, y al despertarnos irían por el tercer set y haríamos el amor hasta el quinto. Y después de hacerte el amor me ducharía y tú, mientras, tú acabarías unas cosas del trabajo y luego te ducharías y yo, mientras, yo me secaría el pelo en el mismo baño y me gustaría mirarte de reojo a través del espejo empañado. Al acabar, me enrollaría una bufanda de lana y tú a lo mejor llevarías trenca e iríamos a ver una peli que nos apetecería mucho ver y nos daríamos la mano en la oscuridad, pero solo en la oscuridad, porque yo habría aprehendido que no me gusta ir de la mano por la calle. A lo mejor al octavo domingo se me pasa. O a lo mejor ese domingo tocaría fútbol y no nos daríamos la mano, quién sabe
Me gustaba fantasear con la idea y me gustaba contártelo a ti, aunque siempre tuviese que suprimir la parte de la noche del viernes y a quién había abrazado. 
Te has perdido cien domingos. 

dilluns, 7 de novembre del 2011

my tiny ears just tremble.

Lo curioso de todo esto eran las palabras que se perdían en la noche y las mantas que me destapaban los pies y mi piel volviéndose a erizar con todos y cada uno de los acordes de Flies came to our house y las sábanas manchadas y mis orejas temblorosas y las manos dubitativas y las camisetas follándose en el suelo. Lo curioso de todo esto era mi cuerpo no acostumbrado a su cuerpo y a su dióxido de carbono. El pum pum pum.







pum
pum
pum